
El intestino y el hígado son órganos fundamentales en el mantenimiento de un buen estado de salud. En el caso del intestino, su función es relevante porque contiene un gran número y diversidad de microorganismos vivos que son claves para el sistema inmunológico y para los neurotransmisores, al igual que contribuyen a la digestión de los nutrientes y a su absorción, metabolización y síntesis de vitaminas entre muchas otras acciones. El hígado, por su parte, es el principal depurador del organismo y, por ello, es imprescindible para eliminar sustancias tóxicas.
El buen funcionamiento de ambos órganos puede verse afectado cuando la persona no sigue un régimen de alimentación saludable. Por esta razón, es importante conocer y entender cómo funciona el organismo para personalizar el tipo de alimentación y adquirir hábitos más saludables, adaptados a las necesidades de cada individuo.
Importancia del buen funcionamiento del intestino para preservar la salud
Muchas patologías o trastornos son el resultado de alteraciones en la microbiota intestinal. La microbiota es comúnmente conocida con el nombre de flora intestinal y es un conjunto de bacterias presentes en el intestino, además de otros microorganismos como parásitos y hongos.
Estas bacterias son esenciales para el buen funcionamiento del sistema inmunológico entre otras funciones, y cuanto más diversa sea tu microbiota, gozarás de mejor salud y mejor inmunidad para hacer frente a muchas enfermedades.
La microbiota intestinal interactúa con el sistema nervioso, el sistema inmune y el sistema hormonal, por lo que alguna alteración emocional puede afectar y generar desórdenes en estos sistemas.
Como ves, todos nuestros sistemas están interrelacionados. Por ello hay que evaluar la persona como un todo e investigar donde está el origen del desequilibrio que le ocasiona el síntoma o enfermedad.
Cuando hay inflamación en el intestino, desequilibrio y falta de diversidad en la microbiota, se produce una menor cantidad de neurotransmisores como la serotonina y el GABA, haciendo que puedas sentirte más decaído/a, cansado/a y ansioso/a. Por eso, es importante detectar y eliminar las bacterias, parásitos u hongos que provocan el desequilibrio en la flora intestinal, con la finalidad de que tu sistema inmune y el resto de los sistemas interrelacionados funcionen de forma adecuada.
Recomendaciones para cuidar la microbiota intestinal

Para conservar la diversidad de la microbiota intestinal y que el organismo esté sano y preparado para hacer frente a diversos virus, bacterias o cualquier agente infeccioso es necesario seguir una alimentación saludable, nutritiva y equilibrada basada en alimentos ‘reales’ (no procesados) y lo más variados posible. Asimismo, es muy importante evitar el sedentarismo y realizar ejercicio físico, asegurar un buen descanso y cuidar las relaciones sociales y entorno laboral, para que sumen en lugar de restar. Incorporar prácticas como la meditación puede ayudar a reducir el estrés emocional o la ansiedad, evadiendo de esta manera la disbiosis (desequilibrio de la microbiota) intestinal y la inflamación.
Es fundamental analizar en profundidad a la persona y validar, mediante estudios específicos de heces, en qué condiciones se encuentra su microbiota y, de esta manera, poder identificar cuáles son los alimentos más recomendables y poder incorporarlos en sus hábitos.
Asimismo, existen alimentos ricos en probióticos que contribuyen a mantener una buena flora intestinal como lo son los fermentados, entre los cuales se puede mencionar el yogur, el kéfir o el chucrut. También es importante consumir alimentos ricos en fibras prebióticas como la patata y el boniato (cocinados y enfriados 24 horas en la nevera), la cebolla, plátanos, manzanas y alcachofas, entre otros.
Al hecho de consumir alimentos y/o suplementos pro y prebióticos se le puede llamar «sembrar». Algunas veces antes de «sembrar» hay que limpiar el terreno, como si de un jardín se tratara, ya que la hierba buena, fuerte y sana no va a crecer si antes no arrancamos la mala hierba.